
Breve resumen de la obra “La ciudad y los perros” de Mario
Vargas Llosa
La novela tiene como ambiente principal al colegio militar
“Leoncio Prado” (Callao), donde el autor estudió la secundaria en la década de
1950. Los protagonistas son un grupo de alumnos nuevos de tercer año que fueron
“bautizados” de forma humillante por los de cuarto y quinto.
Para defenderse y vengarse formaron un grupo llamado “El
Círculo” integrado por adolescentes de distinto origen social. Entre ellos
estaban El Jaguar (jefe de la pandilla), el serrano Cava, el negro Vallano, el
Poeta, el Esclavo, el Boa y el Rulos. El más sumiso era Ricardo Arana, “el
Esclavo”, de quien abusaban con frecuencia.
Los de cuarto año sufrieron ataques impunes de “El Círculo”
hasta que egresaron del colegio. Cuando la pandilla estaba en quinto año el
Jaguar planificó el robo de una prueba de química. El hurto lo realizó el
serrano Cava. En pleno examen el Esclavo fue descubierto por el teniente Gamboa
pasándole formulas químicas a Alberto Fernández, “El Poeta”. El Esclavo fue
castigado con el confinamiento el fin de semana.
Al lunes siguiente las autoridades ya sabían lo del robo del
examen por lo que se les quitó sus salidas de fin de semana hasta que se
descubra al autor del hurto. Pasaron algunas semanas y el Esclavo decidió
delatar al serrano Cava. Éste fue detenido y expulsado del colegio. Furioso por
la delación, el Jaguar mató de un disparo al Esclavo aprovechando unos
ejercicios militares en la madrugada. Para evitar mayor problema, las
autoridades quisieron creer que el propio Esclavo se había disparado accidentalmente.
Pero el Poeta sospechaba que el Jaguar hizo el disparo y lo
acusó ante el teniente Gamboa. Juntos fueron a la dirección del colegio y el
Poeta relató todas las tropelías del Jaguar y sus secuaces. Las autoridades no
querían escándalos y amenazaron con expulsar al Poeta por escribir relatos
eróticos para sus compañeros. El Poeta retiró la denuncia, pero no se salvó de
una golpiza del furioso Jaguar.
Al terminar el año escolar, el Jaguar no pudo con el
remordimiento y le confesó al teniente Gamboa que él fue quien le disparó al
Esclavo y que está dispuesto a cumplir la condena por su crimen. Gamboa,
quien había sido notificado de su traspaso a un cuartel de Juliaca, le dijo que
el tema ya estaba cerrado y que era más fácil resucitar al Esclavo que el
ejército acepte que ha cometido un error.
Al pasar el tiempo, el Poeta siguió estudios superiores, el
Jaguar entró a trabajar en un banco y Gamboa se afincó con su familia en
Juliaca.